sábado, 9 de agosto de 2008

Jesús camina sobre las aguas

Mateo 14, 22-33.
"¿Por qué tengo miedo? si nada es imposible para ti.
¿Por qué tengo dudas? si nada es imposible para ti?"
Porqué nos es tan difícil, abandonarnos en el Señor. Su palabra siempre es capaz de animarnos de hacernos caminar un poco más lejos, pero cualquier dificultad nos hace dudar, nos hace temer, nos hace sentir incapaces de lograr lo que El nos pide; y fácilmente abandonamos lo que acabábamos de emprender. Pero una y otra vez nos habla, nos anima, nos da confianza, y volvemos a empezar con un poco más de miedo que la vez anterior, un poquito más heridos que al principio, porque el camino de debemos recorrer no siempre es fácil, pero estamos con El; no siempre es alegría, pero siempre, estamos con El.
Pedro, era el hombre a quién Cristo encargo su iglesia y que hermoso es saber que ése a quien El eligió era tal como nosotros, desconfiado, temeroso y poco constante, si hasta a la primera dificultad le niega. Pero también es él, que le reconoce como "Hijo del Dios Vivo". Es él que le dice: "llámame, y yo iré a ti" su corazón era más grande que sus propias debilidades y verdaderamente le amaba y confiaba en el Señor.
Ese es el objetivo de nuestra vida, amarle en todo y en todos, abandonarnos en sus brazos. Y si caímos,como es lo más probable pedir su auxilio que El amorosamente vendrá por nosotros.

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